
El bienestar como elección: terapia en la madurez
La terapia en la edad madura se convierte en una oportunidad invaluable para las mujeres que buscan reconectar consigo mismas, resignificar su historia y abrirse a nuevas posibilidades. A menudo, esta etapa de la vida es vista desde un prisma de pérdida o decadencia, cuando en realidad puede ser un momento de expansión, libertad y autodescubrimiento. Acompañar estos procesos desde una perspectiva feminista e inclusiva permite validar las experiencias de quienes han sido invisibilizadas por el sistema patriarcal y la cultura del culto a la juventud.
Rompiendo mitos sobre la madurez femenina
Históricamente, la madurez ha sido interpretada como el inicio del declive para las mujeres, asociada a la menopausia, el fin de la reproducción y la reducción del deseo. Sin embargo, cada vez más mujeres desafían estos estereotipos y descubren que esta etapa puede traer consigo un profundo sentido de autonomía, seguridad y goce.
En terapia, muchas encuentran el espacio para cuestionar creencias impuestas sobre su valor y sus posibilidades. Surgen preguntas fundamentales: ¿Quién soy más allá de los roles que he cumplido toda mi vida? ¿Qué quiero hacer con mi tiempo y mi energía ahora que ya no debo responder a tantas expectativas externas? ¿Cómo quiero vivir mi sexualidad, mis relaciones y mi propio cuerpo?
Los duelos y las nuevas oportunidades
Uno de los aspectos centrales de la terapia en la madurez es la gestión de los duelos, entendidos no solo como pérdidas, sino como procesos de transformación. Pueden ser duelos por la juventud, por la partida de hijos e hijas del hogar, por relaciones que se terminan o por la pérdida de seres queridos. Sin embargo, cada despedida abre la puerta a nuevas formas de vivir y sentir.
La terapia ofrece herramientas para resignificar estas transiciones desde una mirada amorosa y no desde la nostalgia de lo que «ya no es». Aquí, la perspectiva feminista es clave: permite cuestionar la idea de que el valor de una mujer disminuye con la edad y reafirma la posibilidad de encontrar placer, proyectos y bienestar en esta nueva etapa.
Autoconocimiento y reconexión con el placer
Muchas mujeres llegan a la terapia en la madurez con el deseo de reencontrarse consigo mismas, de explorar aspectos de su identidad que antes fueron relegados por cumplir con exigencias sociales y familiares. Este proceso puede incluir la reconexión con la creatividad, el redescubrimiento del cuerpo sin culpa ni vergüenza y la apertura a nuevas experiencias afectivas y eróticas.
Acompañar a mujeres maduras en su proceso terapéutico significa validar sus deseos y emociones, desmontando la idea de que deben resignarse a una vida de cuidados ajenos y sacrificios. Es invitar a la exploración de una vida plena en la que el placer, la autonomía y la construcción de redes de apoyo sean ejes fundamentales.
La importancia de una terapia con perspectiva feminista e inclusiva
Para muchas mujeres, la terapia es el primer espacio donde pueden hablar de sus deseos, frustraciones y expectativas sin miedo a ser juzgadas. Sin embargo, no cualquier enfoque terapéutico responde a sus necesidades. Es esencial que la terapia en la madurez sea un espacio libre de juicios morales y de normas rígidas sobre cómo «debe» ser esta etapa de la vida.
Un enfoque feminista e inclusivo en terapia implica:
• Validar las emociones y experiencias sin caer en estereotipos de género.
• Visibilizar las violencias estructurales que han afectado la vida de las mujeres y cómo pueden sanar esas heridas.
• Abrir un espacio para el autoconocimiento sin imponer una visión única del bienestar.
• Promover el derecho al placer, a la autonomía y a la construcción de nuevas narrativas sobre la madurez.
La terapia en la edad madura no es un espacio de cierre, sino de apertura. Para muchas mujeres, representa la oportunidad de reencontrarse consigo mismas y de construir una vida más libre y auténtica. Desde un enfoque feminista e inclusivo, la madurez deja de ser un periodo de pérdida y se convierte en una etapa de plenitud, transformación y nuevas posibilidades. Porque nunca es tarde para elegirnos, para cuidarnos y para seguir construyendo una vida con sentido y disfrute.
Autora: Mercedes Romero Quirantes