La DANA y el trauma vicario
Desde la semana pasada a raíz de la DANA me estoy encontrando con personas que en consulta comentan su incapacidad de ver imágenes, su saturación y la perturbación que les genera a nivel emocional y corporal el diluvio constante de información con respecto a la catástrofe. Hemos normalizado comer viendo las noticias y en ellas, gente muriendo, desastres naturales, catástrofes, guerras, etc. Y la exposición a esos contenidos no es inocua para el ser humano, tiene un impacto y nuestro cuerpo y nuestra mente nos lo hace saber.
El trauma vicario, también conocido como trauma secundario o trauma por empatía, se refiere al impacto emocional y psicológico que experimentan las personas que están expuestas de manera indirecta al sufrimiento de otros, especialmente en contextos de cuidado, apoyo o trabajo con individuos que han vivido experiencias traumáticas. Esto es común en profesionales de la salud mental, trabajadores sociales, personal de emergencias y otros que ayudan a personas en situaciones de crisis. Pero también puede ocurrir en personas que, in dedicarse a estas profesiones, estén expuestas a este tipo de información. Y es ahí donde entra la población general que está expuesta a imágenes, vídeos y noticias incesantes sobre situaciones impactantes.
Algunos síntomas del trauma vicario pueden incluir:
• Ansiedad y depresión.
• Fatiga emocional.
• Despersonalización o desconexión emocional.
• Dificultad para concentrarse.
• Cambios en la percepción del mundo y de las relaciones interpersonales.
Es importante que quienes trabajan en estos campos cuenten con estrategias de autocuidado y apoyo emocional para manejar el impacto del trauma vicario. Esto puede incluir supervisión profesional, terapia personal, y prácticas de autocuidado regular. Pero también la población general debe tener estrategias de autocuidado: siendo conscientes cuál es nuestra ventana de tolerancia, filtrar el tipo de contenido e información al que nos exponemos, expresar las emociones que nos estén generando la exposición a esta información y pedir ayuda si no desaparece el malestar o tiene una intensidad excesiva.
Autora: Elena Vicent
Excelente entrada.