No pillan por la pena

“Nos pillan por la pena”, me decía el otro día una amiga refiriéndose a nosotras las mujeres y a nuestra incansable función de cuidar. Y es que cuidamos muchas veces más allá de nuestra
resistencia porque nos duele. Nos duele el corazón que las personas que creemos nos
necesitan se enfrenten a su propia vulnerabilidad, a sus propias dificultades, sin nuestra
ayuda. Y aunque ayudarles suponga darles el tiempo y la energía que no tenemos o nos lleve a
ir tomando decisiones que muchas veces nos alejan del camino que necesitamos, a pesar de
ello, priorizamos seguir cuidándolxs……por encima de a nosotras mismas.

Y es que nos cuesta decir NO. Tenemos esta asignatura pendiente. Aprender a decir “No te
cuido cuando esto supone hacerme daño a mí”

“Pareja, no puedo seguir cuidándote de esta manera porque supone abandonarme y vivir de
otra manera a la que necesito”

“Hermanx, no estoy dispuesta a cuidar más nuestra relación aunque me duela porque el trato
que me das me está suponiendo entrar en una depresión”

“Hijx no voy a darte un hermanitx porque en estos momentos supondría un esfuerzo
demasiado grande para mi”

“Papá, no puedo seguir cuidándote yo sola a tus 95 años porque estoy desbordada y voy a
enfermar”

“Hijx, voy a divorciarme a pesar de que quizás vas a sufrirlo , porque mi matrimonio me hace
mucho daño”

“Amigx,a pesar de que se que estás muy sola no puedo ocuparme de tantas cosas de tu vida
como hago porque siento que no me hace bien, que me satura profundamente “

Estas son situaciones muy duras, pero quién no se ha visto en alguna de ellas o ha visto estar a alguna amiga o conocida. Yo lo veo diariamente en la consulta y se del largo proceso
terapéutico que conlleva el autocuidado de la mujer cuando supone decir NO al otrx.

Detrás de la pena que nos da está el mandato patriarcal, que nos sigue imponiendo la
responsabilidad del cuidado a las mujeres. Sabemos cuidar, nos gusta cuidar pero ojo con el
DEBEMOS DE CUIDAR aunque esté en juego nuestra salud mental, emocional, y muchas veces
física, en ello.

Poner conciencia a nuestras verdaderas necesidades y a la dificultad en priorizar el
autocuidado es una tarea fundamental en nuestro largo camino de lucha por los propios
derechos, en particular el derecho a ser personas por encima de cuidadoras.

Autora: Susana Narbona

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