Hace algo más de un mes, un tipo muy especial, una de esas ayudas que el universo pone en tu camino, me decía algo que en ese momento no entendí, era algo así como: “Tendrás que abrazar las estaciones…”, qué curioso comentario, pensé, y lo dejé pasar… Pasa el tiempo, y con distancia, de forma inesperada, cómo suelen ser estas cosas, algo cae y cobra sentido… nada desconocido, ya sabéis, algo que resuena, y sin embargo me hace parar y decir ¡Anda, esto era! 😉 …la importancia de abrazar (aceptar) las estaciones, las externas y las internas, cómo no! y aceptarlas nos gusten más o nos gusten menos… andamos protestando cuando el otoño no llega, de que no llueve, de que hace calor, y cuando llega, jolín qué frío! qué día más feo! cuánta lluvia! lo que ya sabemos, y que yo llamo, vivir en la queja… y esto a nivel interno tiene mucho más sentido ¿te suena, verdad? “no quiero vivir así, no quiero esta situación, no quiero esta tristeza, no quiero este duelo, no quiero esta rabia o dolor…” por poner algunos ejemplos… sin embargo, no hay manera de continuar el camino, si no es transitándolo, si no es parando, y aceptando, que esta es la estación que me toca vivir en este momento… al igual que no hay forma de que llegue el verano, sin que pase el invierno… día a día… presente a presente…
El sol de otoño tiene una luz especial, y pinta los paisajes más hermosos y reconfortantes, te invita a darte baños de bosque y disfrutar de la naturaleza, una manta, un café, una conversación, un buen libro… pero también el otoño tiene una llamada a la reflexión, un aire de melancolía y cierta desgana, un empuje a la introspección, quizá una oportunidad de cambio, si lo piensas… ¿cuántos otoños habremos vivido? 😊
Y para acompañar la reflexión esta poesía de Benedetti, “las estaciones”.
Están en mí las estaciones
como si fueran una sola
las cuatro siempre están en mí
son cuatro franjas de un abismo
desde la aurora hasta el ocaso
la lluvia el verde el sol el viento
sin desvelarme están en mí
son la misión recién nacida
y son los muertos de mi mundo
mis escondidas estaciones
me hacen feliz / sufren en mí
cada una de ellas tiene un cielo
y cada cielo es un espejo
que habla de todos y de mí
las estaciones se congregan
se reconocen y se abrazan
las cuatro siempre están en mí
soy su fervor sus hojas muertas
su granizada sus cosechas
su puerta abierta sus candados
su insolación sus aguaceros
como un destino están en mí
las estaciones se entreveran
para mezclarse con mi vida
para juntarse con mi muertey finalmente huir de mí.
Autora: Mercedes Romero